10 años recién cumplidos,
mi primer día en la piscina,
yo, con mi bañador amarillo,
me acerco timidamente,
cruzando el cescep del jadín,
con pasos cortos y tímidos.
uno de ellos es mi hermano,
los otros dos son dos hermanos,
el pequeño de ellos,
un chico no muy alto, más bien delgado,
y cara llena de pecas.
Juraría haberlo visto antes,
pero no conseguía recordar, donde ni cuando.
Me chocó, porque hacia bombas en la piscina,
con una camiseta camionera blanca,
me resultaba curioso,
no entendía porque no se quitaba la camiseta para tirarse al agua.
Al verme allí, me gritó sonriendo: Sandra! ven a jugar!!!
yo me quedo paralizada!
Porque sabe mi nombre?
De que lo conozco? De que me conoce?
Quien es? Como se llama?
Y así fue.
Me empezó a gustar desde ese momento,
así fue cómo empezó un amor fruto de mi imaginación,
me pasaba los inviernos esperando a que llegara el verano,
para jugar con el chico mayor de la piscina.
a medida que nos hacíamos mayores,
dejamos atrás los juegos infantiles de antaño,
y poco a poco nos hicimos unos desconocidos...
(Si es que alguna vez nos llegamos a conocer)
de manera que, con el paso del tiempo,
no quedaba más que un hola y un adiós
al encontrarnos por la calle.
Pero lo que él nunca supo es:
las horas que me pasaba en la ventana, esperando verle pasar;
mi capacidad para distinguirle entre una multitud infinita de personas;
el cosquilleo que sigo sintiendo, a día de hoy,
en el estomago, cuando pasa por mi lado;
aun le sigo con la mirada, inconscientemente;
Y la alegría que da un simple saludo, una simple mirada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deposita una estrellita en mi bote!^_^